La Micronovela Parte III

Kim Basinger en LA Confidential

La mujer fatal

Una de las cuestiones que desconocemos a lo largo de la película de LA Confidential y que no se resuelve hasta el final es el papel de Kim Basinger. No sabemos si se trata de una víctima acosada o del clásico papel de la mujer fatal con ese tópico que tan bien señala Jessica Rabbit en "¿Quién engañó a Rogger Rabbit?" Ya saben, eso de: "Yo no soy mala, es que me han dibujado así"

Elegante, sofisticada, vulnerable... ¿Mujer fatal o víctima?


Pues ese es el papel de Kim en esta "peli", engañar a todos con esa imagen de mujer fatal que no sabemos si va a resultar aquella superviviente que utiliza sus encantos para seguir prosperando en su tinglado o la víctima de una sociedad en la que ella es la más débil, la mujer cándida y vulnerable que no tiene otro remedio que hacer lo que hace.

No está de más recordar que hizo tan bien su papel de reparto que le concedieron, entre otros premios, el Oscar al mejor papel en esta categoría.

Oscar a la Mejor Actriz de Reparto a Kim Bassinger, LA Confidential

No sorprende aquí la película demasiado pero hay que reconocer que la mayor virtud de esta película es tocar los tópicos del cine negro con maestría y de forma equilibrada. Al fin y al cabo en el Cine Negro los temas se deben respetar de forma clásica pudiendo sorprender solo en alguno de los aspectos.

Y, desde luego, tópico es jugar entre el dilema de la mujer fatal, pongamos a Rita Hayworth y su Gilda como exponente, y la cándida e incomprendida mujer que no es mala si no que el guionista la ha dibujado así, Kim hace un gran papel con el dibujo del director y del guionista de LA Confidential.

Rita Hayworth en el papel de mujer fatal de cine negro: Gilda

Como LA Confidential es un intento de recuperar el cine negro en su aspecto más autentico, la mayoría de estos tópicos se ofrecen a modo de cliché y es la ambientacion y el desarrollo de la trama el que logra ese gran resultado, unido a muy buenas interpretaciones.

Cumplido el compromiso de hablar de Kim Basinger en esta película con gran placer, retomemos la novela El Pintor justo donde lo dejamos, cuando Kevin iba a contar la historia del novelista desconocido. Pero no quiero cerrar esta mención a la mujer fatal sin poner su mejor estereotipo...

Jessica Rabbit, tipo de Mujer Fatal por exigencias del guión

EL PINTOR 3º PARTE


Recreación de Hombre caminado sobre un mar de nubes de Gustav Caspar Frederich
(...)
  • Una mala amistad; un mal encuentro casual – continuó Kevin introduciendo al novelista anónimo - puede llegar a condenar a quien estaba llamado a grandes cosas por su gran talento. No desdeñes ni menosprecies los encuentros casuales, amigo mío. Perdone que a mi edad tenga que leer el resumen que he escrito, pues mi memoria ya no es la que era y quiero ajustarme a los hechos, ¿le parece? - hice un gesto comprensivo mientras dejaba la pipa limpia en el bolsillo de mi chaqueta:
Corría el año de 1898 o 1899 cuando se produjo - al regreso de los soldados y marinos presos en Annapolis como consecuencia de la guerra hispanoamericana que se libró en tierras de Cuba - la llegada de un marino moderadamente ilustre entre los suyos que conoció accidentalmente a un hombre en la ciudad de Santander donde desembarcó.
Quería abandonar las armas porque estaba inmerso en una profunda depresión a causa de la derrota sufrida mientras que la mayoría de sus jefes y compañeros buscaban otros destino para ir recomponiendo unas piezas que habían saltado por los aires en sus propias vidas y en aquella España de entonces. Había vivido en tierras cubanas, de primera mano, las tensas discusiones del Capitán de Navío Don Joaquín Bustamante con el Almirante Cervera a propósito de intentar salidas nocturnas o misiones de acoso a los puertos americanos para evitar la salida diurna que el Almirante Cervera ordenó al final para toda la flota española que combatía en la Batalla Naval de Santiago de Cuba contra la superior flota estadounidense. Un suicidio en toda regla, tal y como avisaba el bueno de Bustamante.
Ante la tensión de la conversación, Cervera decidió sacarse de encima a su Jefe de Estado Mayor obligándole a presentarse en el frente de las Lomas de San Juan a las puertas de Santiago de Cuba. Lugar que estaba cercado por veinte mil hombre, el peor puesto para Don Joaquín. Quizás porque la solución de Bustamante era la adecuada o quizás sin ninguna mala intención salvo la tradicional de poner a los mejores en los peores sitios, decidió que a él y los suyos les tocaba defender aquel lugar ya perdido de antemano.
El caso es que, en esa defensa heroica de las Lomas, Bustamante perdió la vida mientras que el desventurado novelista la conservó. Llegó a cabalgar a su lado para protegerle cuando intentó recuperar el puesto perdido por los españoles en lo alto de las Lomas. Tal era la devoción que sentía aquel marinero de primera por su superior.
Los españoles desconocían que los americanos estaban a punto de desistir de la toma de Santiago, pues creían que la protección de la ciudad era mayor a la vista de la bravura con que se empleaban en la defensa de esos puestos adelantados. Les había ocasionado numerosas bajas intentar la conquista de un simple puesto y acabar con el bueno de Bustamante, muchas más que las bajas producidas por los españoles. Pero la superioridad en hombres era abrumadora para las tropas americanas. El resto del combate y la prisión en tierras americanas tienen episodios más que interesantes, pero dejaré que eso lo lea en su momento en este manuscrito.
En esta situación de desánimo, llegó a la costa de España y se embarcó – esta vez en sentido figurado – con el nuevo amigo hecho en los tugurios de la ciudad de Santander entre borrachera y cogorza, en aventuras poco edificantes como el contrabando, el estraperlo, el tráfico de armas y hasta en negocios con anarquistas en materia de armamento para fines revolucionarios. A él se le atribuye, incluso, haber estado en el trapicheo de los petardos y la dinamita que condujo al atentado contra Alfonso XIII y su mujer el día de su boda, cuestión que él – se supone - desconocía.
Intentó zafarse tras el fallido atentado de aquellas compañías y se dedicó a escribir pues era ducho en tales menesteres, publicó un pequeño libro de cuentos y llegó a realizar unas ocho o diez novelas que jamás vieron la luz porque la gente temía que contara sus andanzas o que tuviera la relevancia y éxito que merecían tales obras.
Una especie de encabezonamiento, envidia y miedo evitaron que este hombre alcanzara la gloria. Ante tal situación, buscó empleo en España y América, pero parecía que una sombra le perseguía y evitaba que nadie le contratara; muchos apuntaban al mal fario o al mal de ojo, pero en realidad todo el mundo sabía que alguien quería quizás su silencio, quizás algo peor.
Fue entonces cuando escribió esta novela que tengo aquí en mi bolsillo, una pequeña novela que habla de mafias, políticos, amaños electorales y negocios fraudulentos; prostitución hasta las más altas esferas, drogas y asesinatos; con datos que son contrastables en una buena hemeroteca. Estos datos podrían ser considerados pura burla en aquella época, pero hoy – a la vista de los acontecimientos – no daría yo un “duro” por la falsedad de ninguno de estos datos.
En la novela habla de una organización secreta que había decidido y acordado, por ejemplo, con los gobiernos de España y Estados Unidos la entrega de Cuba en una especie de amaño dentro del cual la guerra era la forma de aplacar las ansias nacionales; una trama en la que se afirma que estaba informado hasta el mismo Cervera (lo cual explicaría hoy muchas cosas de su extraño comportamiento).
Sea como fuere, esta pequeña novela llegó a manos de alguien que decidió que este hombre ya no tenía más recorrido y, una vez finalizada, la presión sufrida hizo que el pobre desdichado se arrojara desde un acantilado en la costa de Santander golpeando con las rocas antes de morir en la mar que tan prendido le tenía.
Por último, quiero mencionar que es una novela muy bien escrita con muchos datos reales verdaderamente interesantes; datos que - seguro - pusieron en peligro a mucha gente y, por eso, jamás vio la luz. Cómo llegó esto hasta mis manos es una cuestión que quizás algún día cuente pero ese es, desde luego un tema menor.”

Acantilados de Faro Mayor, Cantabria

  • El rostro de este hombre – Kevin continuó, estaba entusiasmado con la historia, como si al contarla actualizara lo sucedido, como si al narrar los hechos los reviviera y borrara de un plumazo los cien años transcurridos de aquello; ¿a quién salvo a los historiadores podría importar que Cervera estuviera en una trama tan grave, pero inverosímil, o no lo estuviera? - cuando, mirando el acantilado, decidió poner fin a su vida tras el horror vivido, es la mirada que quiero llegar a plasmar porque en su mirada encerraba la belleza de quien sabe tiene unos ojos que lo captaban todo; desde la hermosura del paisaje a la maldad del corazón de un hombre que negocia con todo.


No podía dejar de mirar al pintor que tenía enfrente embebido en la descripcion de lo que quería captar con su pincel. Un genio entre la locura y lo sublime, entre el extravío quijotesco y la búsqueda de la perfección. Así era Kevin, siempre en la frontera entre el disparate y la belleza pura. ¿Quién podía negar que aquel hombre era una artista honesto? Continuó tras la breve pausa obligada por el hambre.

Carlos Díez - Boceto 2. Origen: Blog propio del autor
  • Esa mirada sorprendida por el daño de sus propios actos, pero esperanzada en la creación de un Dios al que admiraba. Un Dios, al que fiará su vida mientras mira al infinito escribiendo el final de su paso por la historia. Esa es la mirada que quiero lograr y no consigo. De ahí mi frustración y mi temor, porque es terrible gozar de un don que alcanza lo bello pero le es esquivo lo divino, porque puede con lo bueno pero jamás alcanza la perfección. Me siento aturdido y embriagado a la vez, ¿lo comprendes?
  • Pues, no del todo – en realidad, estaba sorprendido y creía que en este hombre el genio había llegado a la locura. – Creo que usted ha pintado lo mejor que se ha podido pintar en su tiempo, que es difícil mejorar lo que ha hecho y que pocos pueden comparársele a lo largo de la historia. Ya ve que digo lo que opino sin rubor alguno y sin exagerar nada. Y creo también que está llevando al límite de la obsesión esta cuestión que, bien llevada, puede ser inspiradora pero que, mal llevada, le conducirá a la tumba.
  • ¿A la tumba, dice? Venga..., vamos a mi estudio, le enseñaré algo...
Continuará (...)

Sí la relación entre Kim Basinger y El Pintor no existe (¿o sí?), pero ¿quién puede resistirse a hablar de ella? Mientras tanto ella nos mira, y... vaya mirada. ¿no será esa la mirada que busca El PIntor?


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